EJERCICIOS PARA TRABAJAR: EL TIEMPO Y EL ESPACIO
En primer lugar el sentido del espacio posiblemente sea uno de los grandes
olvidados en los sistemas de aprendizaje. De hecho, acabada la Educación
Infantil comienza una enseñanza muy verbalista, con
predominio casi exclusivo de los símbolos verbales y matemáticos, lo que puede
explicar las dificultades que tienen los jóvenes ante los tests de tipo
espacial, la poca creatividad de diseño artístico-musical, la dificultad por
generar imágenes mentales, gráficos y mapas, algunas dificultades en la
resolución de problemas que requieren situarse espacialmente... etc.
Y
sin embargo el hemisferio derecho, que procesa preferentemente la información de
imágenes visuales del espacio en que nos movemos, tiene una importancia
fundamental en algunos aspectos de creatividad, diseño, orientación y está
presente en casi todos los aprendizajes complejos, como la lecto-escritura.
El procesamiento espacial se hace más bien en totalidades, en oposición
al más analítico y secuencial del hemisferio izquierdo. El derecho es más
intuitivo, en oposición al lógico-deductivo, memoriza mejor las imágenes, frente
a la palabra, es el aquí y ahora del espacio frente al secuencial del tiempo, es
más geométrico frente a aritmético, más icónico que ideativo, ligado al
inconsciente más que a la consciencia.
Por ello es absolutamente
necesario, en aras de una mejor activación de las potencialidades humanas, el
ejercitar más nuestros sistemas de relaciones espaciales y de respetar más al
alumno que tiene especiales habilidades en este sentido. Hay muchos niños
calificados de malos estudiantes porque procesan mejor la información espacial,
intuitiva, globalizadamente, manualmente en movimientos dirigidos a un cambio en
el espacio, pero que tienen grandes dificultades para verbalizar sus
pensamientos, para analizar los pasos sucesivos de unos razonamientos, para
producir movimientos finos de la mano tendente a hacer tareas repetitivas.
Un simple reconocimiento de las otras habilidades de estos niños y de su
valor en su desarrollo futuro y de cara a muchas actividades profesionales,
bastaría para integrarles adecuadamente en el sistema escolar.
La orientación
es un sistema de relaciones espaciales en el que es preciso reconocer los puntos
de referencia claves para cambiar con respecto a él todo este sistema. Y los
puntos de referencia claves están primero en el propio cuerpo en el que ya se
presupone un esquema adecuado, y segundo en los puntos cardinales. Pueden
asimismo existir otros puntos de referencia, por ejemplo, para orientarse en un
mapa, en las calles de la ciudad y que pueden ser señales para en último término
apoyarse en los dos puntos de referencia claves.
La noción de tiempo es
muy posterior a la noción de espacio, de hecho los conceptos temporales aparecen
más tarde que los de espacio-cantidad. También los niños desarrollan una mayor
cantidad de conceptos para describir y orientarse en el espacio que en el
tiempo. El tiempo es una experiencia que se sufre más inconscientemente y al
mismo tiempo está más íntimamente relacionada con el lenguaje, mientras el
espacio puede ser mejor descrito, más manejable, en tiempo presente.
Esta mayor relación con el lenguaje se entiende, ya que el lenguaje se
desarrolla en el niño a través de vías auditivas, que son una sucesión de
sonidos en un tiempo mientras que el espacio se percibe visualmente como un aquí
y ahora presentes. Y es sabido que el niño entiende más el tiempo presente al
tener poco pasado y no haber desarrollado estructuras mentales que prevean aún
el futuro.
Los siguientes ejercicios nos resultarán, sin duda,
útiles:
1.- Dibujos en cuadrícula con órdenes de izquierda,
derecha, arriba, abajo. El propio cuerpo sirve de referencia para realizar
órdenes de seguir una cuadrícula según las orientaciones que les dictan algunos
conceptos espaciales. Al mismo tiempo son ejercicios de discriminación
perceptiva y necesitan focalizar intensamente la atención para no equivocarse al
contar las cuadrículas.
Al tener que repetir muchas veces los mismos
giros según los conceptos-órdenes que cada vez se le indican, la estrategia para
automatizar estos conceptos espaciales es claramente la de la
repetición.
2.- Reconocer izquierda-derecha en objetos y personas,
por relación a uno de ellos. Es también el propio cuerpo el referente principal
para partir de un objeto y reconocer lo que está a su izquierda y a su derecha.
Este será el ejercicio más fácil, lo mismo que cuando se trata de orientar
objetos poniéndose en la posición de un niño de espaldas.
3.-
Orientación norte, sur, este, oeste. Estos conceptos espaciales le deben
ayudar a reconocer un sistema de referentes espaciales más amplio, geográfico,
que sirve para todas las situaciones en el globo terráqueo.
4.- Copia
simétrica de figuras. Muchos seres presentan una realidad espacial en la que
podemos distinguir dos partes similares separadas por un eje de simetría. Muchos
de los dibujos de los niños tendrán que tener esa característica. Por ello el
realizar copias de figuras simétricas idénticas en todo excepto en su
orientación espacial, flexibiliza su sentido del espacio.
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