UN JUEGO EDUCATIVO PARA NIÑOS CIEGOS
Aprender o estudiar gratis UN JUEGO EDUCATIVO PARA NIÑOS CIEGOS
La Pulga Leocadia es un juego educativo pensado para niños con deficiencia
visual.
Los responsables de Educación de la ONCE han presentado en Madrid el juego
interactivo “La Pulga Leocadia”, un trabajo realizado en colaboración con el
Centro de Investigación, Desarrollo y Aplicación Tiflotécnica de la Organización
(CIDAT) y la empresa Code Factory.
“La
Pulga Leocadia” es un software especialmente diseñado para niños con
discapacidad visual de edades comprendidas entre los dos a los cinco años, por
lo que su principal objetivo es acercar el uso del ordenador y las nuevas
tecnologías de la comunicación y la información a los niños ciegos de estas
primeras edades, tal y como ha explicado Ángeles Lafuente, coordinadora del
proyecto. El software permite trabajar con el teclado del equipo y con el ratón,
y utiliza información auditiva y refuerzos verbales de forma constante, con
efectos sonoros, voces naturales y expresivas que posibilitan y motivan al niño
la comprensión del programa.
El juego, concebido como material didáctico
dentro del proceso educativo de los niños ciegos y deficientes visuales, puede
ser utilizado también por niños videntes debido a su claridad en las imágenes,
los contrastes visuales, el colorido y la disposición de la información.
Constituye, así, y está concebido como un instrumento integrador dentro del
aula, aspecto que se acentúa al ofrecer la posibilidad de trabajar en
castellano, gallego, catalán, eusquera o inglés.
¿Qué quieres hacer? Con esta
pregunta comienza el viaje por el mundo de Leocadia, la pulga que ha de
enfrentarse al mundo desde su pequeño tamaño y la compañera inseparable del niño
ciego o deficiente visual que, mediante su voz, le irá guiando por cada uno de
los momentos y actividades del juego.
Desde el menú inicial, Leocadia ofrece
al usuario la opción de leer un cuento, bien por capítulos (”La Pulga Leocadia”,
“Sillas y cojines”, “Una, dola, tela, catola” y “El mar”) o bien de continuo, o
la opción de acceder a los juegos interactivos, separados en dos niveles que se
ajustan al desarrollo evolutivo de cada niño, su capacidad de atención, sus
conocimientos y su ritmo de aprendizaje, “ir construyendo nuestro propio
castillo”. Todo ello ideado por Antonio Vicente Lucerga, autor real del cuento,
especialmente sensibilizado con las necesidades educativas de los niños con
discapacidad visual, que se ha volcado en su aportación literaria a este
proyecto, y quien ha comentado durante la presentación que su cuento surgió con
la intención de que el niño ciego se identificara con la pulga y, a través de
ella, pudiera reconocer su capacidad de superación ante todos los límites que se
vaya encontrando.
A modo de moraleja el cuento concluye con la lucha de
Leocadia por mantener en pie un castillo de arena en la playa, cuya
representación significa la necesidad de ir construyendo nuestro propio
castillo, en este caso el del niño, luchando más que contra el mar contra la
propia tierra que es el terreno en el que uno está y puede controlar, tal y como
ha apuntado el autor.
El juego ha sido diseñado por un grupo de profesionales
de la ONCE, con muchos años de experiencia en la educación de personas ciegas y
deficientes visuales y en la creación de juegos adaptados, con el fin de cumplir
todos los aspectos psicopedagógicos y los contenidos del currículo exigidos en
la Educación Infantil.
A través de “La Pulga Leocadia” el niño desarrolla las
nociones básicas del conocimiento y control del propio cuerpo y de su autonomía
personal, la convivencia con los demás y el descubrimiento del entorno, el
aprendizaje del lenguaje y de las habilidades comunicativas, la representación
numérica, y la expresión artística y la creatividad.
(Información extraída de
diario “El Mundo”).
DESCARGAR LA
PULGA LEOCADIA
Sé que resultará de gran utilidad.
¡A disfrutarlo!.
Educación Infantil
lunes, 30 de abril de 2012
LA EXPRESIÓN MUSICAL EN EDUCACIÓN INFANTIL
Con la expresión musical, se pretende que el niño adquiera una progresiva capacidad para servirse de este modo de expresión y representación al servicio de los objetivos generales.
Desde
los primeros momentos de nuestra vida, todo nuestro cuerpo se convierte
en un receptor de cualquier información sonora. Así, los sonidos pasan a
ser compañeros de nuestra vida diaria: sonido de los coches, melodías de la radio o la televisión, sonido de los pájaros...
A
lo largo de la Educación Infantil, es necesario generar contextos y
situaciones adecuadas de juego, expresión y comunicación que permitan
utilizar los elementos de la información sonora que hemos recibido.
Además,
la expresión musical se relaciona con otras formas de expresión, como
la plástica, la verbal, la corporal…para así posibilitar una mayor
oferta de recursos comunicativos.
A
través de la expresión musical, podemos conseguir la motivación de los
niños y por tanto también ayuda a la formación integral, tanto
cognitivo, afectivo, motor y social.
De
entre las finalidades de la etapa, se puede destacar la de “compensar
desigualdades”, y es que a través de la expresión musical, la cual se
trabaja con el cuerpo, mediante canciones, instrumentos…es decir,
mediante experiencias lúdicas; todos los niños están motivados y
participan con interés.
Puesto
que la metodología de la educación infantil se basa en actividades,
juegos…es decir experiencias globalizadoras; en este sentido, la
expresión musical constituye una experiencia globalizadora porque
permite trabajar de una forma lúdica distintos contenidos de las
diversas áreas.
A
nivel de currículo de infantil, la expresión musical se recoge, según
el RD 1630/2006 en el área de Los lenguajes: comunicación y
representación, dentro del bloque “lenguaje musical”.
La expresión musical está relacionada con los siguientes objetivos generales:
- desarrollar habilidades comunicativas en lengua oral y otras formas de expresión y comunicación”.
- “conocer las manifestaciones culturales propias de la Comunidad Extremeña”.
En
cuanto a los contenidos, como ya se ha señalado, se trata de una
experiencia globalizada, por lo que se trabajan contenidos de todas las
áreas:
- Área
de” Conocimiento de sí mismo y autonomía personal”, en el bloque “juego
y movimiento”, porque las actividades son totalmente lúdicas y
expresadas a través del cuerpo.
- Área
de “Conocimiento del entorno”, en el bloque “medio físico: elementos,
relaciones y medidas”, porque vamos a utilizar distintos instrumentos
musicales, las actividades también nos servirán para orientarse en el
espacio.
- Área
de “Los lenguajes: comunicación y representación”, en los bloques
“lenguaje corporal, musical y plástico”, porque a través de la expresión
musical, vamos a trabajar sonidos producidos con el cuerpo,
dramatizaciones, vamos a representar plásticamente contenidos y vamos a
elaborar instrumentos musicales con material de deshecho.
Para
trabajar la expresión musical en infantil, también es necesario contar
con unos recursos didácticos. Entre estos materiales, podemos distinguir
tres tipos: materiales, humanos y curriculares.
ü Entre los recursos materiales, se pueden citar estos tipos:
- instrumentos estructurados, aquí se encuentran los instrumentos de percusión: pandero, triángulo, cajas chinas, chinchines…
- instrumentos no estructurados, elaborados con material de deshecho: maracas hechas con latas, tambor con una caja de cartón…
- las Nuevas Tecnologías: reproductor de CD, karaoke…
ü En cuanto a los recursos humanos, se puede citar el propio cuerpo, los alumnos, el maestro/a…
ü En
lo que se refiere a los recursos curriculares, tenemos que señalar los
libros especializados en educación musical, programas informáticos, las
decisiones tomadas en el Proyecto curricular, la programación de aula…
Una
vez que sabemos que recursos podemos utilizar, será necesario
establecer las posibles actividades que se pueden realizar. Así se
pueden distinguir:
- Actividades en relación con el canto y la voz: cantar canciones, imitar sonidos, imitar instrumentos, ritmos, onomatopeyas…
- Actividades
relacionadas con el baile y la dramatización: dramatizar movimientos de
personas y animales con canciones, bailes del folklore, bailes de
salón…
- Actividades
en relación al ritmo: seguir el ritmo marcado por un instrumento,
palmadas, golpes con los pies, ejercicios de respiración…
- Actividades de discriminación auditiva: audiciones, discriminación de sonidos, imitación de sonidos y ruidos…
- Actividades de educación instrumental: manipulación de instrumentos, tocar instrumentos, acompañar ritmos y silencios…
- Actividades de audiciones: escuchar piezas musicales de distinto tipo.
- Actividades relacionadas con el silencio: escuchar distintos sonidos y ruidos, permanecer en silencio un tiempo determinado…
- Actividades
relacionadas con la expresión corporal: gestos acompañados de música,
movimientos bruscos y suaves, trabajando las distintas partes del
cuerpo.
En
conclusión se puede decir que, la expresión musical y su relación con
otros lenguajes (plástico, corporal, expresión oral, plástica…), es
fundamental y contribuye al desarrollo integral del niño. A través de
ella desarrollan la imaginación y la creatividad, aprenden, construyen
su identidad personal, muestran sus emociones, su conocimiento del mundo
y su percepción de la realidad.
BIBLIOGRAFÍA
ü Bernal, J y Calvo, Mª Luisa. (2000) “Didáctica de la Música. La expresión musical en educación infantil”. Aljibe, Málaga.
ü Fuentes, P. y Cervera, J. (1989): “Pedagogía y Didáctica para músicos”. Ed. Piles. Valencia.
ü Gallego, J.L. (1995). “Educación infantil”. Aljibe, Málaga.
ü Lorente, R (1987): “Expresión Musical en preescolar”. Narcea, Madrid
La
función del padre en el desarrollo de la lectoescritura: Preescolar
Papás: ¿Sabían
que leer con su hijo de preescolar puede ayudarlo a mejorar su rendimiento
escolar? Estudios realizados indican que
cuando los papás participan en el aprendizaje, los niños obtienen mejores
notas, disfrutan más de la escuela y tienen menos probabilidades de repetir el
grado. Dedicarle tiempo a la lectura crea
un vínculo entre usted y su hijo que perdurará para siempre.
¿Qué puedo leer?
Los niños responden a su entusiasmo. Puede escoger libros de no
ficción: sobre personajes o lugares famosos, o sobre cómo funcionan las cosas,
así también como cuentos de ficción. Lo importante es que usted demuestre
entusiasmo sobre el libro. Visite la sección infantil de su biblioteca local
para buscar más ideas.
¿Qué
puedo hacer si no estoy con mi hijo todos los días?
Si no ve
a su hijo todos los días, trate de coordinar un horario habitual para leer un
libro por teléfono o cree su propio "podcast." Su hijo anhelará este momento
especial que comparte con usted, y de esta manera también le dará un ejemplo de
comportamiento que guiará a su hijo en el camino del aprendizaje.
¿Qué sucede si no me gusta leer?
Incluso
si usted no es un lector frecuente, su participación en las actividades de
lectoescritura en el hogar tiene una influencia directa en los logros
académicos de su hijo. ¡Tiene que
enviar el mensaje de que leer es importante! A continuación le sugerimos otras maneras de incorporar la lectoescritura
en su rutina cotidiana con su hijo:
- Cuente historias sobre cuando usted era joven
- Cante canciones infantiles o publicidades.
- Lean y hablen sobre las señales de tránsito, los nombres de los
productos en los recipientes de alimentos, etc.
- Pregúntele a su hijo acerca de su día. Conversar con adultos ayuda a los niños a aprender
palabras nuevas y a practicar cómo crear una narración; ambas actividades
se relacionan con mejorar las destrezas de lectura.
- Miren libros de fotografía o arte y comenten
las imágenes.
- Cuando esté dedicado a algún proyecto hogareño,
describa lo que está haciendo.
- Participe a su hijo en tareas de escritura
cotidianas como hacer listas de compras, notas de agradecimiento.
- Invente juegos donde haya que usar letras, palabras o resolución de
problemas.
Use el
lenguaje con el que se sienta más cómodo. Las destrezas de lectura se transfieren de un idioma a otro, y usted se
sentirá más cómodo jugando con palabras y lenguaje en su propia lengua.
Andar el camino
Su hijo aprende de lo que usted hace. Asegúrese de enviar mensajes sobre la lectura que
refuercen el concepto de que el conocimiento y la alfabetización son elementos
valiosos, alcanzables y estimulantes.
Para
obtener más información sobre actividades de lectura con su hijo, visite:
domingo, 29 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
EL JUEGO SIMBÓLICO DE LOS NIÑOS EN PREESCOLAR
Cuando se trata de niños, el juego es cosa seria. El juego no solamente les entretiene sino que contribuye a su desarrollo intelectual y emocional.
El juego simbólico es el juego infantil por excelencia en el que los pequeños imaginan ser, imitando situaciones que ven en la vida real.
En ese proceso utilizan al máximo su imaginación, jugando constantemente en el límite entre lo real y lo imaginario, lo cual les ayuda a crear representaciones mentales que serán de gran ayuda para resolver situaciones futuras en su vida.
Las actividades lúdicas en las que los niños aprenden a simbolizar comienzan a partir de los dos años cuando tienen el nivel de comprensión que les permite imitar situaciones reales como jugar al papá y a la mamá, a hacer la comida, jugar a que van a la tienda a por comida, cuidar al bebé, por nombrar algunos de los juegos preferidos de mi niña de tres años.
Pero el juego no consiste únicamente en imaginar, sino que el habla acompaña el juego, ya que mientras interpretan están hablando y compartiendo sus fantasías con otros niños, por lo que además fomenta su sociabilización.
A través de la representación los niños asimilan y comprenden las situaciones que viven en la vida real estableciendo relaciones que le ayudarán a desenvolverse con éxito en el futuro.
Como docentes, tenemos que fomentar por todos los medios posibles este tipo de juego en nuestros alumnos, jugando con ellos y comprándoles o fabricando juguetes que potencien el juego simbólico, tan importante para su maduración personal.
La importancia de la expresión artística
La expresión artística es la canalización de ideas y sensaciones intelectuales hacia el exterior y hacia los demás mediante una disciplina artística.
A lo largo de su desarrollo, los niños van haciéndose una representación mental del mundo que les rodea o lo van idealizando de forma simbólica, construyendo una estructura intelectual que más tarde les ayudará a “conducirse” por la sociedad y por el entorno.
Pero este proceso pierde eficacia y estabilidad si no puede expresarse. La expresión es, metafóricamente, el barniz que engloba y protege los recuerdos y las estructuras simbólicas. Esto es algo comprobado en la metodología de estudio: cuando se juntan dos compañeros para estudiar algún tema, el que lo retiene con más facilidad y precisión es el que trata de explicárselo al otro.
Entre los dos y los cinco años, los niños ya empiezan a desarrollar unas ideas complejas pero todavía no dominan el lenguaje como para transmitirlas con fluidez y naturalidad. La expresión artística en esta franja de edad, ayuda a reflejar estas ideas en diversos materiales: garabatos, dibujos, construcciones con maderas o piezas de juguetes, colocación de objetos, elaboración con arena o tierra…
No sólo me refiero a ideas, sino a emociones. Es algo frecuente que la gente, cuando está inquieta, se dedique a colocar algo: sus papeles, las herramientas, la ropa del armario… Entiendo que ésto también es una forma de expresión, ya que estructuramos una serie de elementos con un patrón y una intención. El resultado final es que el acto de colocar estos objetos de forma ordenada nos ayuda a tranquilizarnos.
En los niños, la posibilidad de experimentar y expresar con diferentes elementos como las pinturas, los tacos de madera, las telas, los rotuladores… dará paso a la construcción de proyectos como las casitas de cartón, los garajes para coches excavados en la tierra, los castillos construidos con arena…
Todo esto no tendrá el valor que frecuentemente se le da de: “colorea esta ficha sin salirte de los bordes del dibujo” o “copia esta construcción con estas piezas”, sino la de la traducción de un proyecto intelectual en un acto material.
Es razonable pensar que la oportunidad de tener estas experiencias en la infancia facilitará la elaboración de proyectos vitales (respecto al trabajo, la formación o la familia) en la madurez.
La expresión artística es la canalización de ideas y sensaciones intelectuales hacia el exterior y hacia los demás mediante una disciplina artística.
A lo largo de su desarrollo, los niños van haciéndose una representación mental del mundo que les rodea o lo van idealizando de forma simbólica, construyendo una estructura intelectual que más tarde les ayudará a “conducirse” por la sociedad y por el entorno.
Pero este proceso pierde eficacia y estabilidad si no puede expresarse. La expresión es, metafóricamente, el barniz que engloba y protege los recuerdos y las estructuras simbólicas. Esto es algo comprobado en la metodología de estudio: cuando se juntan dos compañeros para estudiar algún tema, el que lo retiene con más facilidad y precisión es el que trata de explicárselo al otro.
Entre los dos y los cinco años, los niños ya empiezan a desarrollar unas ideas complejas pero todavía no dominan el lenguaje como para transmitirlas con fluidez y naturalidad. La expresión artística en esta franja de edad, ayuda a reflejar estas ideas en diversos materiales: garabatos, dibujos, construcciones con maderas o piezas de juguetes, colocación de objetos, elaboración con arena o tierra…
No sólo me refiero a ideas, sino a emociones. Es algo frecuente que la gente, cuando está inquieta, se dedique a colocar algo: sus papeles, las herramientas, la ropa del armario… Entiendo que ésto también es una forma de expresión, ya que estructuramos una serie de elementos con un patrón y una intención. El resultado final es que el acto de colocar estos objetos de forma ordenada nos ayuda a tranquilizarnos.
En los niños, la posibilidad de experimentar y expresar con diferentes elementos como las pinturas, los tacos de madera, las telas, los rotuladores… dará paso a la construcción de proyectos como las casitas de cartón, los garajes para coches excavados en la tierra, los castillos construidos con arena…
Todo esto no tendrá el valor que frecuentemente se le da de: “colorea esta ficha sin salirte de los bordes del dibujo” o “copia esta construcción con estas piezas”, sino la de la traducción de un proyecto intelectual en un acto material.
Es razonable pensar que la oportunidad de tener estas experiencias en la infancia facilitará la elaboración de proyectos vitales (respecto al trabajo, la formación o la familia) en la madurez.
EJERCICIOS PARA TRABAJAR: EL TIEMPO Y EL ESPACIO
En primer lugar el sentido del espacio posiblemente sea uno de los grandes olvidados en los sistemas de aprendizaje. De hecho, acabada la Educación Infantil comienza una enseñanza muy verbalista, con predominio casi exclusivo de los símbolos verbales y matemáticos, lo que puede explicar las dificultades que tienen los jóvenes ante los tests de tipo espacial, la poca creatividad de diseño artístico-musical, la dificultad por generar imágenes mentales, gráficos y mapas, algunas dificultades en la resolución de problemas que requieren situarse espacialmente... etc.
Y sin embargo el hemisferio derecho, que procesa preferentemente la información de imágenes visuales del espacio en que nos movemos, tiene una importancia fundamental en algunos aspectos de creatividad, diseño, orientación y está presente en casi todos los aprendizajes complejos, como la lecto-escritura.
El procesamiento espacial se hace más bien en totalidades, en oposición al más analítico y secuencial del hemisferio izquierdo. El derecho es más intuitivo, en oposición al lógico-deductivo, memoriza mejor las imágenes, frente a la palabra, es el aquí y ahora del espacio frente al secuencial del tiempo, es más geométrico frente a aritmético, más icónico que ideativo, ligado al inconsciente más que a la consciencia.
Por ello es absolutamente necesario, en aras de una mejor activación de las potencialidades humanas, el ejercitar más nuestros sistemas de relaciones espaciales y de respetar más al alumno que tiene especiales habilidades en este sentido. Hay muchos niños calificados de malos estudiantes porque procesan mejor la información espacial, intuitiva, globalizadamente, manualmente en movimientos dirigidos a un cambio en el espacio, pero que tienen grandes dificultades para verbalizar sus pensamientos, para analizar los pasos sucesivos de unos razonamientos, para producir movimientos finos de la mano tendente a hacer tareas repetitivas.
Un simple reconocimiento de las otras habilidades de estos niños y de su valor en su desarrollo futuro y de cara a muchas actividades profesionales, bastaría para integrarles adecuadamente en el sistema escolar.
La orientación es un sistema de relaciones espaciales en el que es preciso reconocer los puntos de referencia claves para cambiar con respecto a él todo este sistema. Y los puntos de referencia claves están primero en el propio cuerpo en el que ya se presupone un esquema adecuado, y segundo en los puntos cardinales. Pueden asimismo existir otros puntos de referencia, por ejemplo, para orientarse en un mapa, en las calles de la ciudad y que pueden ser señales para en último término apoyarse en los dos puntos de referencia claves.
La noción de tiempo es muy posterior a la noción de espacio, de hecho los conceptos temporales aparecen más tarde que los de espacio-cantidad. También los niños desarrollan una mayor cantidad de conceptos para describir y orientarse en el espacio que en el tiempo. El tiempo es una experiencia que se sufre más inconscientemente y al mismo tiempo está más íntimamente relacionada con el lenguaje, mientras el espacio puede ser mejor descrito, más manejable, en tiempo presente.
Esta mayor relación con el lenguaje se entiende, ya que el lenguaje se desarrolla en el niño a través de vías auditivas, que son una sucesión de sonidos en un tiempo mientras que el espacio se percibe visualmente como un aquí y ahora presentes. Y es sabido que el niño entiende más el tiempo presente al tener poco pasado y no haber desarrollado estructuras mentales que prevean aún el futuro.
Los siguientes ejercicios nos resultarán, sin duda, útiles:
1.- Dibujos en cuadrícula con órdenes de izquierda, derecha, arriba, abajo. El propio cuerpo sirve de referencia para realizar órdenes de seguir una cuadrícula según las orientaciones que les dictan algunos conceptos espaciales. Al mismo tiempo son ejercicios de discriminación perceptiva y necesitan focalizar intensamente la atención para no equivocarse al contar las cuadrículas.
Al tener que repetir muchas veces los mismos giros según los conceptos-órdenes que cada vez se le indican, la estrategia para automatizar estos conceptos espaciales es claramente la de la repetición.
2.- Reconocer izquierda-derecha en objetos y personas, por relación a uno de ellos. Es también el propio cuerpo el referente principal para partir de un objeto y reconocer lo que está a su izquierda y a su derecha. Este será el ejercicio más fácil, lo mismo que cuando se trata de orientar objetos poniéndose en la posición de un niño de espaldas.
3.- Orientación norte, sur, este, oeste. Estos conceptos espaciales le deben ayudar a reconocer un sistema de referentes espaciales más amplio, geográfico, que sirve para todas las situaciones en el globo terráqueo.
4.- Copia simétrica de figuras. Muchos seres presentan una realidad espacial en la que podemos distinguir dos partes similares separadas por un eje de simetría. Muchos de los dibujos de los niños tendrán que tener esa característica. Por ello el realizar copias de figuras simétricas idénticas en todo excepto en su orientación espacial, flexibiliza su sentido del espacio.
En primer lugar el sentido del espacio posiblemente sea uno de los grandes olvidados en los sistemas de aprendizaje. De hecho, acabada la Educación Infantil comienza una enseñanza muy verbalista, con predominio casi exclusivo de los símbolos verbales y matemáticos, lo que puede explicar las dificultades que tienen los jóvenes ante los tests de tipo espacial, la poca creatividad de diseño artístico-musical, la dificultad por generar imágenes mentales, gráficos y mapas, algunas dificultades en la resolución de problemas que requieren situarse espacialmente... etc.
Y sin embargo el hemisferio derecho, que procesa preferentemente la información de imágenes visuales del espacio en que nos movemos, tiene una importancia fundamental en algunos aspectos de creatividad, diseño, orientación y está presente en casi todos los aprendizajes complejos, como la lecto-escritura.
El procesamiento espacial se hace más bien en totalidades, en oposición al más analítico y secuencial del hemisferio izquierdo. El derecho es más intuitivo, en oposición al lógico-deductivo, memoriza mejor las imágenes, frente a la palabra, es el aquí y ahora del espacio frente al secuencial del tiempo, es más geométrico frente a aritmético, más icónico que ideativo, ligado al inconsciente más que a la consciencia.
Por ello es absolutamente necesario, en aras de una mejor activación de las potencialidades humanas, el ejercitar más nuestros sistemas de relaciones espaciales y de respetar más al alumno que tiene especiales habilidades en este sentido. Hay muchos niños calificados de malos estudiantes porque procesan mejor la información espacial, intuitiva, globalizadamente, manualmente en movimientos dirigidos a un cambio en el espacio, pero que tienen grandes dificultades para verbalizar sus pensamientos, para analizar los pasos sucesivos de unos razonamientos, para producir movimientos finos de la mano tendente a hacer tareas repetitivas.
Un simple reconocimiento de las otras habilidades de estos niños y de su valor en su desarrollo futuro y de cara a muchas actividades profesionales, bastaría para integrarles adecuadamente en el sistema escolar.
La orientación es un sistema de relaciones espaciales en el que es preciso reconocer los puntos de referencia claves para cambiar con respecto a él todo este sistema. Y los puntos de referencia claves están primero en el propio cuerpo en el que ya se presupone un esquema adecuado, y segundo en los puntos cardinales. Pueden asimismo existir otros puntos de referencia, por ejemplo, para orientarse en un mapa, en las calles de la ciudad y que pueden ser señales para en último término apoyarse en los dos puntos de referencia claves.
La noción de tiempo es muy posterior a la noción de espacio, de hecho los conceptos temporales aparecen más tarde que los de espacio-cantidad. También los niños desarrollan una mayor cantidad de conceptos para describir y orientarse en el espacio que en el tiempo. El tiempo es una experiencia que se sufre más inconscientemente y al mismo tiempo está más íntimamente relacionada con el lenguaje, mientras el espacio puede ser mejor descrito, más manejable, en tiempo presente.
Esta mayor relación con el lenguaje se entiende, ya que el lenguaje se desarrolla en el niño a través de vías auditivas, que son una sucesión de sonidos en un tiempo mientras que el espacio se percibe visualmente como un aquí y ahora presentes. Y es sabido que el niño entiende más el tiempo presente al tener poco pasado y no haber desarrollado estructuras mentales que prevean aún el futuro.
Los siguientes ejercicios nos resultarán, sin duda, útiles:
1.- Dibujos en cuadrícula con órdenes de izquierda, derecha, arriba, abajo. El propio cuerpo sirve de referencia para realizar órdenes de seguir una cuadrícula según las orientaciones que les dictan algunos conceptos espaciales. Al mismo tiempo son ejercicios de discriminación perceptiva y necesitan focalizar intensamente la atención para no equivocarse al contar las cuadrículas.
Al tener que repetir muchas veces los mismos giros según los conceptos-órdenes que cada vez se le indican, la estrategia para automatizar estos conceptos espaciales es claramente la de la repetición.
2.- Reconocer izquierda-derecha en objetos y personas, por relación a uno de ellos. Es también el propio cuerpo el referente principal para partir de un objeto y reconocer lo que está a su izquierda y a su derecha. Este será el ejercicio más fácil, lo mismo que cuando se trata de orientar objetos poniéndose en la posición de un niño de espaldas.
3.- Orientación norte, sur, este, oeste. Estos conceptos espaciales le deben ayudar a reconocer un sistema de referentes espaciales más amplio, geográfico, que sirve para todas las situaciones en el globo terráqueo.
4.- Copia simétrica de figuras. Muchos seres presentan una realidad espacial en la que podemos distinguir dos partes similares separadas por un eje de simetría. Muchos de los dibujos de los niños tendrán que tener esa característica. Por ello el realizar copias de figuras simétricas idénticas en todo excepto en su orientación espacial, flexibiliza su sentido del espacio.
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